Opositar o hacer una carrera ¿qué es mejor para mí?
Después de terminar el bachillerato, la decisión entre opositar directamente (a aquellos cuerpos que no exijan tener una licenciatura o grado) o iniciar una carrera universitaria es un dilema común para algunos alumnos.
Te cuento esto porque recientemente he recibido la consulta de un alumno que estaba a punto de terminar bachillerato.
Este alumno me preguntaba qué opción veía yo más viable en su caso, si opositar directamente al Cuerpo de Ayudantes o mejor hacer primero una carrera como Derecho.
En mi opinión, ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas. No creo que haya una respuesta absoluta a esta cuestión.
Considero que la elección adecuada depende tanto de tus objetivos individuales como de tus preferencias personales.
¿Estudiar una carrera universitaria u opositar después del bachillerato?
Decidir entre opositar o hacer una carrera universitaria es una elección personal que depende de tus objetivos a largo plazo, tus intereses y tu situación actual. Si estás contemplando esta decisión justo después de terminar el bachillerato, hay varios factores que deberías considerar.
Ventajas de opositar nada más acabar Bachillerato
Opositar, implica dedicarle mucho tiempo (posiblemente años) a perseguir una plaza en el sector público.
Es una opción atractiva para aquellos que buscan estabilidad laboral y seguridad financiera, pero nada garantiza que obtengas finalmente tu ansiada plaza. Opositar siempre es incierto.
Personalmente, valoro mucho las ventajas que ofrece un empleo en el sector público, como tener un horario estable y un sueldo fijo pero en mi caso, tengo claro que justo después de haber terminado el bachillerato no hubiera sido el momento idóneo para opositar.
A esa tierna edad no hubiera podido tener la disciplina necesaria para sacarme una oposición.
Opositar rompe con los cimientos de todo aquello que has conocido hasta el momento. No se parece a hacer una evaluación continua en el colegio, ni siquiera es comparable con hacer selectividad.
Opositar directamente ofrece la ventaja de poder acceder más pronto a un puesto de trabajo fijo como funcionario, lo cual trae consigo estabilidad laboral y buenas condiciones laborales.
Por ejemplo, opositar para el Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias puede ser una excelente opción si lo que buscas es asegurarte un empleo estable sin la necesidad de cursar una carrera universitaria de cuatro años.
Además, algunas oposiciones requieren solo el nivel de bachillerato, permitiéndote optar a un puesto sin necesidad de una formación universitaria.
Estudiar una carrera al terminar Bachiller
Por otro lado, realizar una carrera universitaria como Derecho no solo te abre las puertas para oposiciones que exijan un mayor nivel de estudios, sino que también te proporciona una base de conocimientos más amplia que puede ser muy valiosa tanto para opositar como para tu desarrollo profesional y personal en general.
Además, tener un título universitario puede darte más opciones de plazas a las que puedes optar, incluyendo aquellas fuera del ámbito de las instituciones penitenciarias.
Para mi gusto, la opción de iniciar una carrera universitaria ofrece una experiencia no solo educativa sino también de vida.
Es la oportunidad perfecta para explorar, para independizarte, para hacer amigos, para hacer planes, para descubrir qué es lo que quieres y lo que no, en definitiva, para vivir con intensidad.
Y eso, siento decirte, que en tu época de oposición no vas a tenerlo.
El camino hacia tu plaza de funcionario es una carrera de fondo, requiere una preparación intensiva y mucha disciplina.
Jornadas maratonianas, frustración, culpa, el sentimiento de no ser válido… te esperan.
Considero que cada etapa de la vida tenemos que quemarla con intensidad.
Con 18 años, es el momento perfecto para ir a la universidad. Ojo, que hacerlo después no tiene ningún inconveniente, al contrario. Pero si lo haces después, ya no vives esa etapa con la misma intensidad.
En mi opinión, un título universitario te proporciona no solo conocimientos técnicos (que sí, que saber de derecho está genial y todo lo que tu quieras) sino también otras habilidades cómo fomentar tu pensamiento crítico o hacer de ti una persona más resolutiva.
Pero esto no es una ley universal. Tú eres quién debe tomar la decisión final.
Factores a tener en cuenta si estás pensando opositar o estudiar una carrera
Es importante que consideres estos aspectos antes de tomar la decisión de opositar nada más terminar Bachiller o estudiar una carrera universitaria:
A) Tus preferencias
En primer lugar, si ya tienes claro qué quieres opositar, y estás dispuesto a comprometerte con la exigencia del proceso, este camino puede ser el más adecuado para ti.
No hay motor más potente que la tenacidad. Y podemos tenerla a cualquier edad.
Hay gente que tiene clarísimo que lo que quiere es empezar a trabajar cuanto antes y los estudios universitarios no son su prioridad.
Por el contrario, si no lo tienes tan claro, una carrera universitaria podría ser la elección más adecuada. Una buena opción podría ser estudiar una carrera como Derecho y después ya te planteas opositar.
B) El tiempo
En sacarte una carrera tardarás, de media, unos 4 años. El proceso de oposición es mucho más incierto en cuanto al tiempo, pues no hay fórmulas de ningún tipo, sino estimaciones de lo que suele tardar en aprobar un opositor medio. Cada opositor es un mundo.
Sacarse una oposición puede llevar mucho tiempo y esfuerzo, por lo que la paciencia y la dedicación son clave.
Por otro lado, una carrera universitaria ofrece la posibilidad de explorar diferentes campos y especialidades antes de tomar decisiones concretas sobre tu futuro laboral.
Por ejemplo, una carrera tan versátil en el mundo de las oposiciones como es Derecho, te puede abrir mucho los ojos. Estudiar asignaturas tan diversas como penal, civil, administrativo, concursal… puede ayudarte mucho a elegir el tipo de oposición que quieres estudiar.
O incluso, lo que puedes descubrir a través de tus estudios de Derecho es que descartas totalmente el mundo de las oposiciones porque ese mundo no es el tuyo. Quizás por el camino descubras que lo tuyo es ser profesor de universidad o abogado.
C) La promoción profesional
Existen Cuerpos de Funcionarios en los cuales es necesario estudiar una carrera sí o sí para entrar en el proceso selectivo.
Para los puestos del A1 y A2 se exige titulación universitaria. Para el C1 bastará el bachillerato. Por lo tanto, según el tipo de oposición a la que quieras optar esta decisión será más o menos importante.
D) Coste
El aspecto financiero también juega un papel crucial en esta decisión.
Las oposiciones pueden requerir una inversión significativa en materiales de estudio y academias o preparadores.
Por otro lado, una carrera universitaria implica gastos relacionados con la matrícula, tasas, libros, fotocopias…
La ventaja es que en el mundo universitario hay posibilidad de solicitar becas, cosa que no pasa en el mundo de las oposiciones, al menos de momento.
El aspecto económico es muy importante, por lo que evaluar tu capacidad económica es algo que debes hacer antes de tomar una decisión.
E) El proceso
En la universidad el ambiente es más distendido, muchas veces puedes elegir si vas o no a clase y con el plan Bolonia las evaluaciones continuas facilitan que tus notas no dependan solo del examen final, como sí pasa en las oposiciones.
Sin embargo, las oposiciones siguen un proceso mucho más estructurado, con requisitos que se fijan en cada convocatoria.
Además harás los exámenes en la fecha que se te convoque y ahí te lo jugarás todo a una carta.
Cada opción tiene sus ventajas y desventajas, y la elección debe basarse en tus intereses personales, circunstancias y el tiempo del que dispongas. Si te decides por el empleo público y quieres empezar a trabajar lo antes posible, opositar podría ser el camino a seguir.
Sin embargo, si prefieres tener una carrera para tener más oportunidades laborales, entonces una carrera universitaria puede ser la mejor opción para ti.
Mi opinión es que pasar por la Universidad es una experiencia de vida, además de que te abre el abanico de oposiciones a las que te puedes presentar.
Conclusión
En definitiva, tanto opositar directamente como realizar una carrera universitaria son dos muy buenas opciones, sea cual sea la que elijas.
Mejor eso que estar tirado en un parque tirando de litrona y escuchando Camela.
Ahora ya en serio, ten en cuenta que es una elección muy muy personal y que ambas opciones tienen sus pros y contras, y no hay un enfoque universal que sirva para todos (OJALÁ).
¡La clave siempre será reflexionar sobre tus prioridades, sopesar pros y contras y tomar la decisión que más cerca se encuentre de tus metas a largo plazo!.
Si me pides mi opinión, obviamente te diría que el camino es primero sacarte una carrera y luego opositar, la experiencia universitaria es algo que no cambiaría por nada.
¡Escríbeme si crees que puedo ayudarte!
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